Estoy a unos centímetros del triangulito de tela de algodón que cubre tu pubis.
Lo blanco de éste resalta mucho en contraste de tu piel morena, exquisita.
Me acerco aun mas para depositar allí un beso y entonces mis sentidos se impregnan de perfume, una extraña mezcla entre el olor de tu piel fresca y de tu sudor.
No puedo despegar mis labios de donde están y sigo besando la zona delimitada por la tela.
De pronto, me doy cuenta que tu sexo está rasurado y esa sensación me enloquece.
Presiono aun más mis labios contra tu intimidad y empiezo a morderte suavemente cada centímetro de tu piel que se deja atrapar por mis dientes. Todavía a través de tu calzón blanco... bastante infantil... Lolita, Lolita... logro jalar tus labios... No aguanto mas... necesito ver lo que está allí escondido...
Hago de lado tu calzón y descubro tus labios medio abiertos, brillosos de lujuria y deseos. Recorro la orilla de tus labios con la punta de mi lengua. Adivino que quisieras que pase mas tiempo allí, mas a fondo... pero me echo por atrás y quito tu calzón... Estoy en contemplación total de tu sexo... rasurado... es un espectáculo hermoso.. no lo puedo creer... quedo allí pasmada, perdida en esa contemplación con unas ganas a penas incontrolables de empezar a tocarme. De llevar una de tus manos a mi vagina y que comiences a frotarme, primero con un dedo, después con dos, pero me contengo y regreso a ti.
Estas temblando y me inclino a ti. Agarro tu clítoris entre mis labios, y lo succiono tallándolo al mismo tiempo con la punta de mi lengua, juego con el y el universo en completo gira en torno a ti.
Tu excitación va creciendo y me ruegas que tome el camino de regreso a tus labios... No me hago del rogar, me hundo entre tus labios... los recorro por completo, en cada rincón... y me paro a la entrada de tu vagina.... que fuerzo con la punta de mi lengua... Se abre... la penetro...
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